25 de febrero se celebra el día del silencio, es decir la fecha en que se propone no decir ninguna palabra, celebremos en conjunto con la película Dementia (1955). Un filme en parte de horror, en parte cine negro, un juego mental en el estilo del expresionismo, esta producción sigue a una mujer joven con trastorno mental a lo largo de una noche infortunada en un arrabal. No hay ningún diálogo, pero a cambio hay música basada en jazz de vanguardia. El proyecto está basado en un sueño de la secretaria del director, quien también forma parte del elenco, a pesar de no ser actriz profesional. Demasiado rara para la audiencia de los 50, Dementia fue mutilada por la censura y reestrenada como Daughter of Horror, con una narración agregada de Ed McMahon antes de que se dedicara a los espectáculos, que lo alejaron para siempre de este tipo de producción. Esta cinta es una pequeña muestra curiosa, brillante y extraña, que posiblemente se habría perdido en la historia cinematográfica de no ser porque es la película que se proyecta en la escena del interior de la sala cinematográfica de la producción The Blob. Otra cosa más que debemos agradecer a The Blob.
Advertencia para personas susceptibles: Hay una escena en donde la mujer es sometida a trata, alquilándola a un millonario babeante, que la obliga a sentarse y presenciar cómo se traga un trozo de carne grasiento, este corte es más horroroso que cualquier toma de los asesinatos.
Dementia
1955
Dirección: John Parker
Producción: John Parker, Ben Roseman, Bruno VeSota
Guion: John Parker
Música. George Antheil, Shorty Rogers
Cinematografía: William C. Thompson
Montaje: Joseph Gluck
Elenco: Adrienne Barrett, Bruno VeSota, Ben Roseman, Angelo Rossitto
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