El 24 de abril festejamos el cumpleaños de William Castle. A Castle se le recuerda con afecto por sus trucos publicitarios, como el Emergo (una marioneta de esqueleto), Illusion-O (gafas de celofán para visualizar fantasmas), enfermeras realizando pruebas de frecuencia y presión cardíaca a los mecenas, además de la "lotería del castigo", que les permitía a los espectadores elegir el final de una película (en México se conoce el mismo truco por medio del término Catafixia, popularizado por Xavier López Rodríguez "Chabelo", con el cual, sin importar lo que se elija, el resultado es perder siempre todo lo ganado hasta ese momento). La película The Tingler (1959) llegó a las salas cinematográficas con una de las propuestas más ambiciosas de Castle, el "Percepto", en el cual a los asientos de los cines se les colocaba zumbadores que comenzaban a funcionar justo al final del filme. Aún retirando el Percepto, la producción de suspenso contiene una meta-lectura, la idea improbable de un parásito invisible que se alimenta del miedo. La experiencia total de ruptura de la cuarta pared se lograría atando un equipo de deshielo aeronáutico de tipo militar debajo del asiento en la secuencia oportuna.
Damas y caballeros, esperemos que no haya ataques de pánico, sin embargo si lo creen necesario: ¡Griten! ¡Griten para salvar sus vidas!
The Tingler
1959
Productora: William Castle Productions
Dirección y producción: William Castle
Guion: Robb White
Cinematografía: Wilfred M. Cline
Montaje: Chester Schaeffer
Elenco: Vincent Price, Judith Evelyn, Darryl Hickman
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