El 16 de octubre de 1847, Charlotte Bronte, la mujer gótica primigenia, publicó Jane Eyre, bajo el pseudónimo de Currer Bell. Con ese pretexto revisemos la película I Walked With a Zombie (1943), una versión personal en clave de terror de la novela, en la cual se trasladan los hechos hasta un médico cuyo interés romántico y angustiado oculta un secreto oscuro, todo ello desarrollado en una plantación de caña azucarera en el Caribe. La mujer malvada en el ático no está loca, sino que es una zombie vudú. La obra maestra es de Val Lewton, quien juega de manera magistral con la burbuja emergente del colonialismo y el racismo, todo ello bajo la superficie de la historia cinematográfica. La aparente isla bucólica de San Sebastián está maldita y muestra la historia de esclavitud que produce la separación de las personas y pudre en su interior a la plantación. Como en todos los filmes de horror de Lewton, financiados por la RKO, se destaca su estilo oscuro y trémulo.
Todo bien perece en este sitio, incluyendo las estrellas.
Advertencia para personas susceptibles: Aunque esta película de la década de los cuarenta intentaba mostrar una visión progresista respecto del racismo, incluye momentos enfadosos al respecto.
I Walked with a Zombie
1943
Productora: RKO Pictures
Distribución: RKO Pictures
Dirección: Jacques Tourneur
Producción: Val Lewton
Argumento: Inez Wallace
Guion: Curt Siodmak, Ardel Wray
Música: Roy Webb
Cinematografía: J. Roy Hunt
Montaje: Mark Robson
Elenco: Tom Conway, Frances Dee, James Ellison
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