El 12 de septiembre es el día de la tranquilidad. El director Carl Dryer, aún no había realizado ninguna película sonora al momento de producir Vampyr - Der Traum des Allan Grey (1932), de modo que para él representó un reto, la película tiene el mínimo posible de diálogos y hace uso de las pancartas de títulos a la usanza de la vieja escuela silente. El resultado fue impactante al momento de su estreno, aunque en gran medida un fracaso comercial, sin embargo con el tiempo se ha ganado una excelente reputación y se le considera ya una obra maestra del cine de horror y locura. Un vagabundo queda atrapado en una villa bajo el control de una vampiresa (en la jerga usada en el filme se le designa como Vampyr), una anciana enfadosa y desagradable con poderes hipnóticos y que se deleita con el sabor de la sangre. La producción es una cabalgata de imágenes aterradoras, siluetas y sombras escalofriantes, notas herméticas, un médico siniestro, un hombre enterrado en vida y la escena original, siempre imitada y jamás igualada, de la muerte por asfixia en el silo de la cosecha de granos.
¡La sangre! ¡La sangre!
Vampyr - Der Traum des Allan Grey
1932
Dirección: Carl Theodor Dreyer
Dirección artística: Hermann Warm
Producción: Carl Theodor Dreyer, Julian West
Guion: Christen Jul, Carl Theodor Dreyer, bBasado en la novela corta de 1872 Carmilla, de Sheridan Le Fanu
Música: Wolfgang Zeller
Sonido: Dr. Hans Bittmann
Montaje de sonido: Paul Falkenberg
Cinematografía: Rudolph Maté
Montaje: Tonka Taldy, Carl Theodor Dreyer1
Elenco: Julian West, Maurice Schutz, Rena Mandel, Sybille Schmitz, Jan Hieronimko, Henriette Gerard, Albert Bras, N. Babanini, Jane Mora, Georges Boidin
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